CONOCIENDO AL ARCÁNGEL MIGUEL
Miguel es el símbolo de la justicia perfecta. Su nombre significa, "El que es como Dios". Se considera el más grande de todos los ángeles, tanto en el Judaísmo y el Cristianismo como en Islam. Es por eso que se dice de él, que esta sentado al lado de Dios en su trono y que a menudo se identifica con Metratón y con la Divina Shekina. Miguel también se identifica con San Pedro, ya que se dice que ambos tienen las llaves del cielo. Y algunas autoridades encuentran paralelos entre San Jorge y Miguel porque ambos vencieron al dragón, que es símbolo de Satanás en el Cristianismo.
Los antiguos persas veneraban a este gran Arcángel como Beshter, el protector de la humanidad. Miguel es el ángel incorrupto e incorruptible, es decir, imposible de corromper, tal es su perfección y su pureza. Es el Ángel preferido del Creador y el más poderoso. La tradición Judeo-Cristiana enseña que la venganza le pertenece a Dios, quien crea el balance perfecto de la justicia a través de la balanza de Miguel.
En la iconografía cristiana Miguel se representa vestido de rojo y verde con sandalias y armadura romana. En una mano tiene la balanza de la justicia y en la otra una espada. Una de sus sandalias está firmemente plantada en el cuello del dragón que es Satanás, como símbolo de su vencimiento del Adversario de Dios en la batalla angelical.
Miguel es uno de los príncipes regentes de tres de los coros angelicales: los Serafines, las Virtudes y los Arcángeles. Es también regente del Cuarto Cielo, uno de los seis ángeles del arrepentimiento, ángel de la rectitud, de la compasión, de la santificación y príncipe de la Divina Presencia. Es también el Ángel tutelar de Israel y de Alemania.
El nombre de Miguel proviene del caldeo, igual que Rafael. Se dice que es el autor del Salmo 85, el cual se reza en su nombre para pedirle un milagro. En las enseñanzas sagra-das Miguel se identifica a menudo con el Espíritu Santo, debido a su gran pureza.
De acuerdo a la tradición musulmana, las alas de Miguel son color esmeralda y cada uno de sus cabellos, rojos como el fuego, están cubiertos de millones de caras, cada una de las cuales implora en distintas lenguas el perdón de Dios para la humanidad. Se dice que Miguel llora continuamente por los pecados de los fieles y que de sus lágrimas se formaron los Querubines. Los musulmanes, que lo conocen como Mikail, dicen que cuando el gran Arcángel llora sus lágrimas se convierten en piedras preciosas.
Miguel es regente del planeta Mercurio, del signo de Leo, del Sur y del elemento fuego en la magia ceremonial, y entre sus títulos está: Príncipe de la Luz, Príncipe de las Virtudes, Príncipe de los Arcángeles, Guardián de la Paz, Protector Divino, Comandante en Jefe de las Huestes Celestiales, Ángel Guardián de la Iglesia Católica, Angel Guardián de Israel, Angel de la Tierra y Príncipe de Dios, además del Archiestratega Divino. Es también el Ángel que se le apareció a Moisés en el Arbusto Ardiente y el que rescató a San Pedro de la prisión y al profeta Daniel de la guarida de los leones. Se dice que es Miguel también él que ha de bajar del Cielo en el Juicio Final con la llave del Abismo sin Fondo, donde encerrará a Satanás durante mil años.
El nombre secreto de Miguel es Sabathiel. Algunas tradiciones lo visualizan en el Séptimo Cielo rodeado de las huestes angelicales. En el Cristianismo Miguel se venera como el Ángel benévolo de la muerte a través de quien es posible alcanzar el perdón de Dios y la inmortalidad. Es el Ángel que guía las almas de los fieles a la luz eterna y también el que pesa las almas en el Juicio Final.
Miguel es el Ángel que según la tradición bíblica salvó a Meshach, Shadrach y Abednego, los compañeros del profeta Daniel, del fuego del horno a donde los lanzara el rey Nabucodonosor por negarse a adorar a sus ídolos. Es también el Ángel que se arrodillara frente a la Virgen María, con un cirio encendido en la mano, para anunciarle su próxima muerte. Cuando la Virgen le preguntó su nombre, Miguel le contestó, "Me llaman Grande y Poderoso
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